Vivimos como
realidad lo que nuestro cerebro (mente) cree, sin darnos cuenta que sólo se
trata de una interpretación de la realidad, nuestros pensamientos crean
continuamente nuestro mundo.
Ésto que hasta
ahora nos decían los iluminados y los
meditadores sabios, lo confirma la
ciencia hoy, la zona prefrontal del cerebro es el lugar donde surgen los
pensamientos más avanzados, donde se inventa el futuro, ahí se toman las
decisiones, esta zona está influenciada directamente por el sistema límbico, que
es nuestro “cerebro emocional”.
Las emociones
negativas como: culpa, desesperanza, angustia, impotencia, reducen el suministro
de sangre a la zona prefrontal, lo cual, provoca que las neuronas funcionen
peor, aumenta la producción de hormonas y el sistema inmune se ve afectado, lo que
nos lleva a enfermarnos, estos cambios se traducen en lesiones en las neuronas
que se ubican en el área de la memoria y del aprendizaje, afectando nuestra
capacidad para tomar decisiones adecuadas.
Hay quien dice
que las emociones son energía en movimiento, vibraciones de una energía en
particular que nuestro cuerpo registra, si tomamos en cuenta que nuestro cuerpo
es bio-químico y bio-físico, cualquier alteración en nuestro campo energético
provocará una manifestación física. (Martha Sanchez Llambi/ Sin duda las cosas
buenas suceden, 2015).
Entonces si nuestros
pensamientos nos enferman ¿es posible que nuestros pensamientos nos curen? Dice
el Dr. Joe Dispenza en su libro Deja de ser tu mismo.
Y… ¿cómo nos
pueden apoyar los Aceites Esenciales para librar esta batalla por el
predominio entre los pensamientos negativos y el estado que conocemos como “creación”?.
Sabemos que el
sentido del olfato ha sido crucial para la supervivencia de los mamíferos por
ende de nuestra especie, las neuronas receptoras transmiten los estímulos
olfativos al bulbo dentro del cerebro, ahí se forma un patrón que percibimos
como aroma característico, de acuerdo al registro que se encuentra en el
sistema límbico y en la corteza cerebral sabemos que una rosa huele a rosa.
Los estudios
sobre el efecto fisiológico de los aromas (Aceites Esenciales) en el organismo humano indican que
existe una relación directa entre aroma
/ memoria y emociones, ambos moduladores de la salud física y mental, su
efecto inmediato los convierte en excelentes instrumentos para el control de la
respuesta psiconeuroinmune que
promueve la salud, (Moss, Cook, Wesnes y Duckett, 2003).